Siempre que el terrorismo golpea con dureza a nuestras sociedades escuchamos múltiples lecturas de lo ocurrido, algunas de ellas sofisticadísimas, siendo casi siempre la más sencilla la más cercana a la realidad. El Daesh o Estado Islámico no ha golpeado en Bruselas por ser considerada esta ciudad, políticamente hablando, el corazón de Europa. Lo ha hecho porque es donde más fácil lo tenía. Como ya han señalado algunos analistas y expertos, la incompetencia belga en materia antiterrorista se había convertido en una seria preocupación en el seno de la Unión Europea. En varios de los últimos atentados perpetrados por el yihadismo en Europa, entre ellos Madrid, Londres y el más reciente de París, aparecía la “conexión Molenbeek”, el barrio bruselense convertido en “santuario” de los radicales islamistas. Bélgica estaba avisada, pero sus seis cuerpos policiales, descoordinados cuando no enfrentados entre sí, han sido incapaces de evitar la tragedia…