En el capítulo sanitario de las vacunas para otras enfermedades diferentes a Covid-19, que origina SARS-CoV-2, en España se están registrando, al menos, tres injusticias sociales. La primera de ellas tiene como protagonista a la vacuna para el virus del herpes zoster. Si usted tiene más de 65 años y 435 euros para comprar en su farmacia habitual este preparado, sin ninguna duda, es un afortunado. Se trata de la vacuna Shingrix, fabricada por la multinacional GSK, con una eficacia superior al 90 por ciento. Son dos dosis (217,52 € cada una). De momento únicamente los colectivos de 65 y 80 años (en 2023 se vacunarán solo a los que cumplan estas edades, y así sucesivamente) pueden recibir este preparado gratis, fruto del acuerdo entre el Ministerio de Sanidad y las Comunidades autónomas. Es un claro ejemplo de injusticia social. Hago un paréntesis para recordar que la culebrilla (herpes zoster) es una erupción cutánea vesicante, muy dolorosa. Está causada por el virus varicella-zoster, de la familia del virus del herpes.
Otra cuestión similar es lo que acontece con la vacuna de la meningitis B. Se está vacunando gratis en Andalucía, Cataluña, Galicia, Castilla León y Canarias. Pero no en el resto de España. Ese, cuando menos, extraño consenso con la vacuna del herpes zoster no se ha producido con el preparado de la meningitis B. De nuevo, injusticia social.
Y, todo esto, sin olvidar que hay otra situación incomprensible: actualmente hay tres comunidades autónomas que no están vacunando con el preparado antigripal de alta carga en residencias de ancianos. Son Madrid, Cantabria y Navarra. Tercera injusticia social, de momento.
José María Fernández-Rúa
PUBLICADO EN A TU SALUD (LA RAZÓN) EL DOMINGO 18 SEPTIEMBRE 2022