El Gobierno estadounidense acaba de designar a una reconocida especialista en microbiología y en salud pública como nueva directora de los Centros de Control de Enfermedades de Atlanta (www.cdc.gov).
El nombramiento de la doctora Brenda Fitzgerald ha sido criticado por los lobbies de los grupos antivacunas de ese país, ya que desde hace mucho tiempo ha dicho públicamente que las vacunas son más que necesarias para evitar fallecimientos evitables de niños, jóvenes y adultos. Además su designación para este importante cargo no requiere la confirmación del Senado, por lo que esos grupos minoritarios no podrán destituirla fácilmente. En un ataque de rabia han hecho pública una carta dirigida al presidente Donald Trump, en la que, entre otras cosas, le recuerdan que ellos, los antivacunas, le dieron su voto para que ganase las elecciones.
Las inmunizaciones, como recordaba la nueva directora de los CDC estadounidenses la primavera pasada cuando trabajaba como responsable de salud pública del estado de Georgia, son la mejor manera de proteger a los bebés y niños de las enfermedades infantiles, como la tos ferina y el sarampión que pueden poner en peligro sus vidas. En este sentido, Brenda Fitzgerald que, además, es especialista en ginecología y como tal ha trabajado en diversos centros sanitarios de su país, ha dicho públicamente que había escuchado todos los argumentos contra las vacunas para matizar que “todos han sido desmentidos. Incluido el infame estudio de los años ochenta en Europa sobre la vacuna triple vírica y su supuesto vínculo con el autismo que ahora sabemos que es falso pero que hizo mucho daño a las vacunas en diversos países europeos.
Es necesario recordar que el médico británico Andrew Wakefield consiguió publicar en “The Lancet” un estudio, que luego se vio que era falso, en el que vinculaba alta probabilidad de padecer autismo con la vacuna que protege del sarampión, parotiditis y rubeola. Tiempo después, la revista retiró el estudio y, paralelamente, las autoridades inglesas prohibieron ejercer la medicina a este individuo. Pero el daño estaba hecho y, todavía hoy, algunos desaprensivos siguen utilizando ese trabajo, repito falso, para atacar a las vacunas. Las personas con escaso o nulo conocimiento de estos temas y, en general, de otros muchos, se dejan convencer fácilmente.
Ya para terminar traigo a colación unos datos contrastados no solo por los CDC sino también por otros organismos internacionales como la OMS: las vacunas evitan, actualmente unos tres millones de muertes al año. Esta cifra se traduce en una prevención de sesenta fallecimientos por hora. Hoy en día hay más de cuarenta preparados para prevenir veinticinco enfermedades evitables, y se trabaja en conseguir nuevas vacunas para el virus de la inmunodeficiencia humana, que causa el sida, y algunos tipos de cáncer, entre otras enfermedades.
José María Fernández-Rúa