El consumo de té verde disminuye la obesidad. Esta es la principal conclusión de un nuevo estudio científico realizado en la Universidad estadounidense de Ohio y publicado en“Journal of Nutritional Biochemistry”. Hasta aquí todo bien, pero cuando se lee el estudio y vemos que el ensayo se ha llevado a cabo con ratones, empieza a decaer el interés.
Sin embargo y desde hace tiempo el té verde tiene defensores y detractores. Los que están a favor de su consumo diario enarbolan trabajos en los que se dice que, entre otros beneficios, refuerza el sistema inmunitario gracias a uno de sus componentes, las catequinas. Según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, estas sustancias antioxidantes ayudan a proteger a las células del daño causado por los radicales libres. En este organismo oficial llevan ya tiempo estudiando a las catequinas en la prevención y tratamiento del cáncer. Sigamos.
El trabajo de la Universidad de Ohio dice también que puede estimular el crecimiento de bacterias intestinales que, a su vez, reducirían la obesidad. El coordinador del estudio, doctor Richard Bruno, explica que el consumo de té verde en el ensayo, si se tuviera que aplicar en humanos, sería equivalente a unas diez tazas al día. Esta cantidad –como recuerda el investigador que lleva varios años trabajando en este área– es normal en países asiáticos.
El siguiente paso de este científico estadounidense, experto en bioquímica de la nutrición, es elaborar un protocolo para repetir el ensayo con voluntarios diagnosticados de síndrome metabólico, a los que se les analizará el efecto del té verde en el intestino. Este nuevo trabajo posiblemente reavive la polémica en los detractores del té verde, que ven en su consumo un peligro de hepatoxicidad.
En cualquier caso, lo prudente es consultar a su médico y beberlo en cantidades moderadas porque, de momento, el trabajo de la Universidad de Ohio con ratones no puede extrapolarse a humanos.
José María Fernández-Rúa
PUBLICADO EN A TU SALUD (LA RAZÓN) EL DOMINGO 16 JUNIO 2019