Los arrecifes de coral del Océano Pacífico están en alerta roja por los miles de millones de residuos plásticos que les inundan. Esta situación, según un equipo de investigadores de Estados Unidos, Australia, Canadá e Indonesia dirigidos por Joleah Lamb de la Universidad de Cornell, aumenta el riesgo de que entre el 4 y el 89 por ciento de los corales enfermen. Explican en “Science” que, cada año, se arrojan al océano millones de toneladas de deshechos plásticos pero desconocen aún el efecto que puedan tener en la salud de los corales.
Cerca de 275 millones de personas dependen para sobrevivir de los arrecifes de coral, de donde consiguen la mayor parte de sus alimentos. Esta realidad, junto con los ingresos que generan los turistas por visitarlos y la protección que suponen los corales para la costa, son suficientes como para que se adopten medidas de inmediato. Lamb y su equipo tomaron muestras de unos 124.000 corales entre los años 2011 y 2014. Estos contribuyen a la formación de arrecifes en más de 150 zonas de la región del Pacífico asiático. En esas muestran encontraron residuos de plásticos en un tercio de los arrecifes de coral estudiados.
En sus conclusiones destacan que estos residuos aumentan el riesgo de enfermedad en los arrecifes en un 1900 por ciento y que los situados en Indonesia son los que presentan mayor concentración de deshechos, mientras que los arrecifes australianos tienen la menor cantidad de estos residuos. Además han descubierto que ciertos tipos de corales son más susceptibles de ser erosionados por los plásticos ya que en arrecifes de coral de mayor complejidad estructural (tabular o ramificada) se acumulan ocho veces más residuos de este tipo. La predicción de estos investigadores es bastante pesimista ya que prevén que la cantidad de artículos plásticos adheridos a los corales del Pacífico asiático puede aumentar de 11,1 miles de millones actuales a 15,7 miles de millones para el año 2025. Hasta aquí la descripción de la dura realidad, pero los Gobiernos de esos países apenas aportan soluciones. ¿Quizás habría que concienciar a la población mundial, a través de campañas de información y de lobby sobre el peligro de todo esto ?- José María Fernández-Rúa