Tras el estallido de la pandemia mundial que lleva azotando al mundo desde principios del 2020, lo lógico era pensar que los gobiernos de los diferentes países verían las orejas al lobo y destinarían gran parte de los presupuestos de los años siguientes a Sanidad. Sin embargo, tras la presentación en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros extraordinario del pasado 7 de octubre por la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, del Libro Amarillo de las cuentas generales para el próximo año, los titulares no han parado de informar sobre una bajada del 9,9% de la partida destinada a Sanidad de los PGE22 respecto a los mismos presupuestos del ejercicio anterior.
Pese a que el dato puede sorprender, es necesario ver las dos caras de la moneda. Teniendo en cuenta a las vacunas en el presupuesto, efectivamente existe una bajada del 9,9% respecto al año anterior, pero sin ellas, hay un 11% más de presupuesto. El año pasado Sanidad obtuvo 7.330 millones de euros debido a las vacunas que estaban por llegar. Sin embargo, este año, con motivo del gran número de personas ya vacunadas y, por consiguiente, a la caída de los fondos europeos destinados a la adquisición de vacunas, se dedicará algo menos de la mitad de dinero a la compra de éstas. Este hecho explica el descenso porcentual de la cantidad destinada a Sanidad incluyendo las vacunas.
Adicionalmente, la ex portavoz del Gobierno anunció en la misma rueda de prensa que España destinará un 2,2% de los fondos europeos a Sanidad. Cifra que asciende a 608 millones de euros de los cuales 503,8 millones irán dirigidos a la reforma del Sistema Nacional de Salud (SNS).
Algunas de las áreas sanitarias premiadas en estos presupuestos generales han sido la Atención Primaria, con una dotación de 176 millones de euros para el desarrollo del Marco Estratégico de atención primaria y comunitaria; la salud Bucodental, para la que se destinarán 44 millones de euros con el fin de impulsar la ampliación de los servicios en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud; el plan de Acción de Salud Mental, con 30 millones de euros y, como no podía ser de otra manera, la Covid-19.
Además, los presupuestos contemplan la segunda parte del plan para renovar el parque tecnológico de los hospitales públicos, destinando 396 millones de euros a este programa provenientes de los fondos europeos que se suman a los 400 millones que ya se destinaban a este asunto en el presente ejercicio.
Por su parte, la agencia reguladora, AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios) mantendrá el presupuesto del ejercicio anterior. De igual manera, el presupuesto destinado a la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) mantendrá la misma dotación que en el año en curso. También, los programas de investigación sanitaria del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
La ministra también anunció que el Ministerio de Ciencia e Innovación vería reforzada económicamente su infraestructura, que pasa de los 3.232 millones de euros en el 2021 a 3.843 millones para el próximo curso con recursos provenientes tanto del entorno europeo como del nacional. Por su parte, las políticas de Investigación, Desarrollo, Innovación y Digitalización recibirán 5.419 millones de euros.
El objetivo de este apoyo extra reside en la voluntad de alcanzar una mayor eficiencia, al tiempo que se logra alcanzar la equidad en la asistencia y prestación sanitaria en todo el territorio. Es por esto que, aspectos como la digitalización o el impulso de la colaboración público-privada serán eje fundamental para funcionar como motores para la obtención de una mayor sostenibilidad.
Elena Sánchez de la Rica
Consultora