Más de setenta mil voluntarios han participado en un metaanálisis realizado en Estados Unidos para comprobar si el consumo de suplementos de omega-3 puede reducir el riesgo de muerte súbita.
Según los resultados de este trabajo de científicos y clínicos de la Universidad Johns Hopkins y publicados en “Journal of Clinical Lipidology”, este beneficio llega al 8 por ciento. Incluso se incrementa al 17 por ciento en aquellos con altos niveles de colesterol malo (LDL) o de triglicéridos. El profesor Kevin Maki, coordinador del trabajo, recuerda que el consumo de omega-3 es razonable para la prevención secundaria de la enfermedad crónica y frente a la muerte súbita.
Por su parte, el profesor Bruce Holub, uno de los mayores especialistas en lípidos, en un comunicado de prensa explica que una de las principales características de los ácidos grasos poliinsaturados EPA (eicosapentaenoico) y DHA (docosahexaenoico), que conforman los suplementos dietéticos de omega-3, es su bajo riesgo asociado a su ingesta.
Respecto a otros estudios que cuestionan añadir a la dieta suplementos de omega-3 para la prevención de eventos cardiovasculares, como no podía ser de otra manera, el doctor Harry Rice de GOED (asociación mundial de fabricantes de estas sustancias) subraya que los resultados de este metaanálisis en el que han participado un total de 71.899 personas despejan cualquier duda. A la vista de estos resultados, esta patronal trabaja ahora en las líneas maestras para llevar a cabo una acción de lobby con los legisladores estadounidenses.
Aunque ningún estudio desvela el mecanismo de acción de los ácidos grasos omega-3 para reducir el riesgo de muerte súbita, el profesor Maki recuerda que dosis superiores de un gramo diarios de EPA y DHA se traducen cambios notorios en la inflamación y trombosis. Con gran dosis de sensatez, este investigador insiste en que son necesarios mas estudios para evaluar aún más la reducción del riesgo con estos suplementos, en los que habría que incluir biomarcadores.
José María Fernández-Rúa