“Ahora se ha demostrado la bondad en del fármaco en pacientes operados de revascularización coronaria”
El próximo 10 de agosto se cumplirán 121 años de un avance protagonizado por un joven químico alemán, Felix Hoffmann: logró producir ácido acetilsalicílico puro, una variante mucho menos toxica que la que descubrió Charles Frederic Gerhardt años antes y que ha cambiado el tratamiento de muchas disfunciones. A partir de ese momento el producto se conoció con el nombre de aspirina que seguimos tomando millones de personas en todo el mundo. La penúltima noticia sobre este fármaco, la última se puede producir en cualquier momento, se ha conocido en el congreso Euroanaesthesia, en Copenhague. Un novedoso estudio demuestra que si aquellas personas sometidas a cirugía de revascularización coronaria (CABG) toman aspirina antes y después del quirófano, tienen una disminución del riesgo de mortalidad después de cuatro años de entre un 18 a un 34 por ciento. El profesor Jianzhong Sun de la Universidad estadounidense Thomas Jefferson y coordinador de este trabajo ya publicó en 2011 en “Annals of Surgery” que ingerir aspirina durante los cinco días previos a una cirugía cardíaca reduce significativamente las complicaciones cardiocerebrales y renales graves, además de la mortalidad, en pacientes operados de corazón.
La cirugía CABG se utiliza para restaurar el flujo sanguíneo normal en una arteria obstruida en el corazón. El profesor Sun recuerda que, con frecuencia provoca un estado de estrés alto con un riesgo elevado de formación de coágulos sanguíneos, junto con mayor predisposición a la enfermedad vascular a largo plazo. Su equipo analizó los registros médicos de 9.584 pacientes sometidos a cirugía cardíaca y seleccionó a 4.132 que fueron operados de CABG. En su opinión tomar aspirina antes y después de la operación reducirá estos efectos adversos.
PUBLICADO EN A TU SALUD EL DOMINGO 8 JULIO 2018
José María Fernández-Rúa