A Carmen Montón le bastaron 100 días para recuperar la sanidad universal. Incluso, en apenas tres meses, había formado un equipo de confianza capaz no sólo de tomar el relevo, sino también de empezar a poner las bases de un proyecto con objetivos claros: acabar con el copago farmacéutico; recuperar las riendas de la evaluación de los medicamentos; diseñar una Estrategia Nacional de Salud Mental y un plan integral de prevención del suicidio; regular la muerte asistida, con la posibilidad de abrir el debate de la eutanasia; dar un paso más en el control de la homeopatía, y regular el uso, autorización e indicación de medicamentos por parte de los enfermeros, cuya aprobación estaba comprometida para este otoño.
Sin embargo, unas presuntas irregularidades encontradas en su Máster han truncado una meteórica carrera política, que parecía destinada a optar a suplir a Ximo Puig en la Comunidad Valenciana. Pedro Sánchez ha optado por una solución de emergencia, al poner en el puesto a una persona de su confianza y una histórica socialista, solo una hora después de que Carmen Montón anunciara su dimisión. Secretaria ejecutiva de Sanidad del PSOE y médico de Familia, la asturiana María Luisa Carcedo, es más que probable que mantenga una línea de continuidad estratégica y que sólo cambie aquellos puestos de confianza claves en el Ministerio.
En su toma de posesión, la ministra ha apelado a la participación e implicación del conjunto de la sociedad para, desde el ministerio, promover el bienestar y la equidad. Y es que sería bueno que Carcedo tomara ejemplo de estos 100 días en el poder de Montón, ya que quizá haya labrado demasiados contrarios y puede que, incluso, el fuego amigo haya fulminado su trayectoria. Por ejemplo, la ministra parece que es heredera de su lucha contra la supuesta privatización de la sanidad.
Esperemos que priorice la mejora y sostenibilidad de un Sistema Nacional de Salud que precisa de la aportación y participación de todas sus partes, incluidas las que se rigen por un legítimo ánimo de lucro, pues hacen su aportación a la salud de la población y son fuente de riqueza y empleo. Carcedo ha planteado la “justicia social” como eje vertebrador de su mandato, así que confiemos que esta justicia le permita abrir las puertas del Ministerio a la colaboración público-privada, junto a la necesaria participación e involucración de organizaciones profesionales, sindicatos, industria y sectores empresariales, sin excluir a nadie por razones ideológicas.
Paco Gutiérrez
Director Asociado