La liberalización del transporte ferroviario ha atraído a varios competidores europeos interesados en introducir trenes más baratos en las principales rutas españolas
La liberalización del transporte ferroviario para 2020anunciada esta semana por el Ministerio de Fomento está generando mucho ruido en el sector privado español. Renfe inauguró en 1992 el primer trayecto en tren de alta velocidad (AVE), que conectó las ciudades de Madrid y Sevilla. Hoy, casi 27 años después, el monopolio del transporte ferroviario parece tener los días contados y la posibilidad de que entre en juego un competidor es cada vez más factible.
El pasado año, ADIF y ADIF Alta Velocidadredactaron la Declaración sobre la Red de 2019 de ADIF y ADIF Alta Velocidad, en el que se incluyen elementos para que otras empresas puedan contar con su propio espacio en la infraestructura ferroviaria ante la liberalización del transporte nacional de pasajeros. Además, ADIF tiene previsto publicarel próximo junio la “oferta capacidad marco”, un documento en el que se recogerán los requisitos que deberá cumplir un operador, tanto público como privado, para operar como transporte ferroviario en nuestro país. De esta manera, todas las empresas que deseen competir con el AVE tendrán que recibir el visto bueno de ADIF, propietario de la infraestructura, antes de diciembre de este año.
Diferentes empresas privadas están llevando a cabo acciones de lobby para conseguir hacer realidad su entrada en el sector ferroviario español. La primera empresa que se postuló como competidor fue Ilsa, filial española de Acciona y Air Nostrum, quien solicitó, en 2017, a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) conectar Madrid con Montpellier por tren, con paradas intermedias en Zaragoza y Barcelona. Además, el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales, ha anunciado recientemente que “están en negociaciones con el operador público francés SNCF o el alemán Deutsche Bahn para hacerlo factible”.
El pasado martes, SNCFanunció que podría llegar a entrar en solitario en el sector si no llegan a un acuerdo final con Ilsa. La empresa gala quiere introducir en España un reflejo de su servicio “Ouigo”, un tren que puso en funcionamiento en 2013 con un coste para los pasajeros que varía desde los 10 a los 85 euros. El modelo el similar al de las aerolíneas “low cost”, basado en la supresión del servicio de cafetería u optimización del espacio con más asientos.
La firma italiana NTV(Nuovo Trasporto Viaggiatori), presidida por el patrón de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, está igualmente interesada en la apertura de la red española. En Italia ya existe una liberalización del sector, modelo que el Gobierno quiere replicar en España, según fuentes de ADIF. De esta manera, habría siempre un operador público fuerte (en nuestro caso Renfe), que competiría con una empresa en un corredor a través de un contrato de concesión.
Todos los empresas están interesados en competir con Renfe en las tres principales rutas ferroviarias españolas: Madrid-Barcelona, Madrid-Levante (Alicante, Valencia, en breve Murcia) y Madrid-Andalucía (Sevilla, Córdoba, Málaga). Si todo sigue según lo previsto, podríamos ver nuevos trenes en las vías españolas a partir del 14 de diciembre de 2020.
Marga Guillamón