“Fáciles medidas para prevenir enfermedades cardiovasculares”
Prevenir es mejor que curar, dice un conocido refrán popular. Y con el corazón, pocas bromas. Los americanos, que son muy prácticos, sugieren una serie de medidas para que cuidemos nuestro corazón sin que suponga un esfuerzo adicional. Así, los cardiólogos estadounidenses ante la evidencia de que cerca de la mitad de los habitantes de su país sobreviven con alguna clase de enfermedad cardiovascular recomiendan cambios graduales y sostenibles, con ejercicios físicos rutinarios y una dieta adecuada. E insisten en que ser sedentario duplica el riesgo de sufrir obesidad, diabetes, tensión alta, depresión, ansiedad y una larga lista de otras enfermedades.
En este escenario, que es común en países desarrollados como España, sugieren que se lleve a cabo cualquier tipo de actividad física que nos haga movernos y aumentar el ritmo cardíaco. La consistencia es clave, subrayan desde la Sociedad Americana del Corazón, por ello es recomendable, al menos, 150 minutos semanales de actividad aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de actividad aeróbica intensa. Los niños y adolescentes, también. Deberían realizar sesenta minutos semanales de actividad física de moderada a vigorosa, principalmente aeróbica. Los cardiólogos recuerdan que la actividad física se relaciona con mejor memoria, mejor equilibrio y capacidad cognitiva, menos aumento de peso y mejoría en el sueño. En otras palabras, mejor salud y bienestar.
Los niños y adolescentes, también. Deberían realizar sesenta minutos semanales de actividad física de moderada a vigorosa, principalmente aeróbica. Los cardiólogos recuerdan que la actividad física se relaciona con mejor memoria, mejor equilibrio y capacidad cognitiva, menos aumento de peso y mejoría en el sueño. En otras palabras, mejor salud y bienestar.
Por falta de espacio terminamos con la dieta. Sugieren el consumo de alimentos nutritivos de toda clase, sin olvidar frutas y verduras, granos enteros, productos lácteos desnatados, nueces, legumbres, pollo y pescado sin piel así como aceites vegetales que no sean tropicales. Matizan que es importante limitar las bebidas azucaradas y los dulces, así como carnes grasas, mantequilla y alimentos con alto contenido en sodio.
José María Fernández-Rúa
PUBLICADO EN A TU SALUD (LA RAZÓN) EL DOMINGO 7 ABR 2019