Si algo nos ha dejado claro la pandemia causada por la #COVID19 es que las empresas dedicadas al ámbito de la salud, como la industria farmacéutica, son un aliado estratégico en la lucha contra el virus y contra un sinfín de patologías que cada día nos hacen más vulnerables.
Si bien su reputación ha podido quedar en entredicho en determinadas ocasiones, y existe aún una corriente que busca razones para mermar la imagen de estas ante la sociedad, la industria ha constatado su compromiso con la ciencia y la investigación cada año en nuestro país. Según Farmaindustria, la patronal de la industria farmacéutica en España, cada año en nuestro país se invierten más de 1.200 millones de euros en actividades de investigación y desarrollo, lo que supone casi el 20% del total de la inversión que el sector industrial hace en I+D en nuestro país.
Estos datos se suman a los diversos rankings de reputación, como Merco, donde las compañías Roche y Novartis se cuelan en el Top 100 de empresas con más reputación de nuestro país, subiendo más de 90 puntos en el ranking en comparación con el 2020.
Esta tendencia también se puede observar en otros ámbitos, como las asociaciones de pacientes, donde PatientViewha elaborado su sondeo ‘La Reputación Corporativa de la Industria Farmacéutica’ en 2020, donde ha incorporado al estudio la percepción sobre la respuesta que ha tenido la industria ante la crisis sanitaria actual. “El 86% de los encuestados españoles consideran que las compañías han sido “muy eficaces” o “eficaces” en sus acciones para luchar contra la pandemia (el promedio mundial era menor: 61%)”.
Fuerte autorregulación
Estos cambios de percepción que se han producido, no solo son fruto de la situación causada por el coronavirus, la industria farmacéutica viene aplicando, desde hace varios años, una fuerte autorregulación en términos de transparencia y buenas prácticas.
El Código de Buenas Prácticas de Farmaindustria, actualizado este año, ha permitido estandarizar las actuaciones de la industria, respetando los más estrictos principios éticos de profesionalidad y responsabilidad. De esta forma, las compañías adheridas a dicho código colaboran en la generación y mantenimiento de la confianza en las decisiones vinculadas con la prescripción de los medicamentos.
El manual aborda tres áreas de actuación centradas en la prescripción, interrelación con profesionales sanitarios y con organizaciones sanitarias, e interrelación con las organizaciones de pacientes.
Juan López-Belmonte, presidente de Farmaindustria, ha destacado recientemente que la pandemia ha sido una “prueba de esfuerzo para la sociedad y para la industria; ha puesto a prueba la capacidad de producción y suministro de medicamentos al mismo tiempo que se mantenía la investigación clínica como al modelo global de I+D de medicamentos”.
Renny Núñez Socarrás
Consultor de Comunicación de Cariotipo