“Durante las últimas semanas, se han escuchado diferentes voces a favor y en contra del lobby feminista que, para unos, hoy es más necesario que nunca y, para otros, no está actuando en proporción a la realidad que viven las mujeres en España”
El 24 de octubre de 1975, el 90% de las mujeres de Islandia tomaron las calles para manifestarse por la igualdad de género, en un día histórico que se denominó el “Day off” de las mujeres. Actualmente, Islandia es el país del mundo con menor brecha de género. Así lo constatan los datos del último Informe Global de la Brecha de Género elaborado por el Foro Económico Mundial, en el que este país se ha mantenido a la cabeza durante nueve años consecutivos.
Hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las organizaciones feministas de España han convocado, por primera vez, una huelga siguiendo el espíritu de la histórica del 75, bajo el lema “si nosotras paramos, el mundo se detiene”. Pero el contexto es diferente, ya que existe una evolución socio-cultural de más de 40 años. Durante las últimas semanas, se han escuchado diferentes voces a favor y en contra del lobby feminista que, para unos, hoy es más necesario que nunca y, para otros, no está actuando en proporción a la realidad que viven las mujeres en España.
En cualquier caso, las cifras están ahí. Según el Foro Económico Mundial, aunque España ha subido cinco puestos en el ránking relativo a la brecha de género, nos situamos en el vigésimo cuarto puesto de la lista, muy lejos todavía del “faro” islandés. Concretamente, en España la brecha salarial se encuentra por encima del 22%.
Consciente de esta situación, a finales del año pasado, el Pleno del Congreso aprobó por unanimidad una moción de Unidos Podemos, por la que se instaba al Gobierno a impulsar medidas para corregir la desigualdad retributiva entre hombres y mujeres. Para ello, los grupos parlamentarios pidieron, entre otras medidas, la publicación de los salarios desglosados por género, o que se controlen los convenios colectivos para que no contengan ninguna cláusula discriminatoria por razón de sexo. Buena parte de estas iniciativas están recogidas en las recomendaciones que la Comisión Europea ya trasladó en 2014 a los estados miembros.
Sin embargo, la causa de la brecha salarial en este país no reside solo en que una empresa pueda retribuir de diferente forma a una mujer y a un hombre por el desempeño de un mismo trabajo, sino en otros factores que influyen directamente en el sueldo, como la falta de equilibrio en la conciliación laboral y familiar.
Datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) reflejan que el 72% de las jornadas a tiempo parcial en España le corresponden a la mujer. Asimismo, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 22% de las mujeres con hijos ha tenido que reducir su jornada laboral frente a un 3,44% de los hombres. Esta situación repercute directamente no solo en el sueldo, sino también en la oportunidad de promoción laboral de las mujeres.
El motivo que se esconde tras este asunto es controvertido y, sobre todo, merecería un análisis más profundo que podría ser objeto de otro post. Realmente no sé si España se detendrá hoy, pero confío en que, al menos, paremos unos minutos para reflexionar sobre los retos que son necesarios abordar en materia de igualdad, si queremos convertirnos en la “Islandia del sur de Europa”.
María Real Bela
Directora Asociada