El papel de la atención primaria (AP) en la gestión pandemia del Covid-19 en España ha sido y continuará siendo fundamental. Desde que se produjesen los primeros casos de la epidemia en España, los profesionales de la AP han funcionado como primer “filtro”, contribuyendo a reducir la presión de los centros hospitalarios.
El Foro de Atención Primaria emitió, a principios de el mes de abril, un comunicado en el que destacaba la respuesta ejemplar de los estos profesionales que han aumentando su horario de atención a los pacientes y han pasado a dar apoyo a los hospitales que así lo han requerido, durante las semanas más difíciles de esta epidemia.
Además, los sanitarios de Atención Primaria han sufrido un cambio significativo en sus funciones debido a la saturación del Sistema Sanitario, que ha provocado que el seguimiento hospitalario de patologías crónicas se haya visto cancelado o pospuesto y que sean los médicos de familia los que asuman buena parte de sus funciones, convirtiéndose en una pieza clave en la gestión del enfermo crónico dentro del sistema sanitario.
La AP también ha desempeñado un papel fundamental en la atención domiciliaria de los enfermos, a la que se han enfrentado en muchas ocasiones sin el equipo necesario, lo que ha provocado un elevado número de contagios entre los profesionales de esta especialidad.
Desde que el virus del COVID-19 llegase a España la prioridad ha sido reforzar la capacidad del Sistema en cuanto a Unidades de Cuidados Intensivos, hospitalizando hoteles y levantando hospitales de campaña, en una labor ímproba que ha conseguido incrementar la capacidad del Sistema. Sin embargo, ahora que la epidemia parece comenzar a remitir, es necesario hacer una apuesta por la sanidad a largo plazo y en ella, la Atención primaria será una pieza clave.
El presidente del Gobierno transmitió la pasada semana a los presidentes autonómicos el informe Recomendaciones Sanitarias para la Estrategia de Transición, en el que la atención primaria parece desempeñar un papel clave en el proceso de desescalada. Precisamente en estos profesionales sanitarios recaerá la responsabilidad de diagnosticar nuevos casos y de detectar un posible rebrote del virus. Además, tendrán que hacer frente a sus pacientes habituales, muchos de ellos con patologías crónicas y serán los encargados de hacer seguimiento de las altas hospitalarias que se vayan produciendo. Desde el sindicato sanitario STAR añaden que la “recuperación de la actividad en el hospital provocará en la Primaria también un incremento de la demanda, analíticas, pruebas, etc.”.
Por ello, es fundamental que el discurso sobre la importancia de la AP se traduzca en un consecuente incremento de los recursos que hagan posible todo lo propuesto y que tenga en cuenta todos los factores necesarios para garantizar la adecuada cobertura medios técnicos y materiales.
La atención primaria es la la base del diagnostico y tratamiento del COVID-19 y, por tanto, el futuro abordaje de esta pandemia debe tener en cuenta a este nivel asistencial y olvidar la falsa creencia de que la medicina solo se hace en los hospitales. Resulta indispensable que en los próximos meses se ponga en valor, económica y socialmente, la labor de estos profesionales como parte de la lucha contra la epidemia y se les reconozca como uno de los pilares esenciales de nuestro sistema nacional de salud.
Sara Martín
Consultora de Cariotipo Lobby & Comunicación