La Cámara de Comercio Americana en España (Amcham), organizó un encuentro para analizar la innovación “en el ADN de un sistema sanitario eficaz y sostenible”.
La Cámara de Comercio Americana en España (Amcham), con motivo de cumplir cien años organizó un encuentro entre representantes de la Administración sanitaria, de la Academia, de la industria innovadora, de las Sociedades científicas y del Parlamento, para analizar la innovación “en el ADN de un sistema sanitario eficaz y sostenible”. Jordi Martí, presidente de Asebio y de Celgene, fue el organizador de esta jornada en la que participaron altos cargos de Pfizer, Abbott y Lilly, así como de Medtronic.
Una de las mayores preocupaciones de los clínicos, como expuso la presidenta de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, Inmaculada Alfageme, es comprobar si los fármacos innovadores que arrojan buenos resultados en los ensayos clínicos tienen la mismas bondades cuando ya se han incorporado al Sistema Nacional de Salud y se están dando a los enfermos. En su opinión, si fuera así es una herramienta para ahorrar ya que si no son eficaces se les retira la financiación.
En este punto, el senador José Martínez Olmos, portavoz sanitario del PSOE en la Cámara Alta, pidió a la industria más trasparencia, tratando de justificar el rechazo sistemático de las Comunidades autónomas a incorporar nuevos fármacos, una vez aprobados por el Ministerio de Sanidad. Según dijo, el informe de posicionamiento terapéutico (IPT) y el impacto financiero de un nuevo medicamento, por supuesto innovador, serían medidas muy bien acogidas por las autonomías.
En esta jornada también intervino el doctor Andrés Iñiguez, presidente de la Sociedad Española de Cardiología, Luis García Bahamonde, director general de Abbott y Francisco Igea, responsable del área de sanidad de Ciudadanos, entre otros, que debatieron el impacto de la innovación en las personas, en el sentido de garantizar el acceso equitativo a las innovaciones en salud, siempre bajo criterio médico.
Por último, en este foro se conoció que, en 2012, el Ministerio de Sanidad que entonces dirigía Ana Mato contempló la posibilidad de abandonar la financiación de fármacos nuevos innovadores.
En este sentido hay que insistir en que las industrias farmacéuticas y de tecnología sanitaria, considerados como sectores estratégicos, son un motor económico relevante por las inversiones que se hacen en investigación y desarrollo. Y ello a pesar de que, en medicamentos innovadores, las empresas solo tienen entre ocho y doce años para recuperar una inversión que, en la mayoría de los casos, supone más de dos mil millones y entre diez y quince años de investigación.
José María Fernández-Rúa