El pasado 5 de febrero el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad presentó el Plan de colaboración para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas y otras medidas 2017-2020. Con este Plan se busca reducir el contenido de sal, azúcar y grasas en más de 3.500 productos; concretamente, las reducciones serán de en torno a un 10%. Múltiples sectores, fabricación, distribución, restauración social, restauración moderna y vending, han colaborado con el Ministerio en el diseño de las medidas recogidas en el Plan, con el compromiso voluntario de cerca de 500 empresas.
La ministra Dolors Montserrat ha subrayado que «constituye un Plan pionero para mejorar la composición de los alimentos, favorecer la salud de los españoles y prevenir las enfermedades crónicas». De igual forma y en consonancia con la preocupación mostrada por el Ministerio hacia la infancia, la ministra señaló que “la promoción de la salud de los españoles es nuestra prioridad, de ahí la importancia de este Plan que representa un gran salto, no solo en la mejora de los productos que consumimos en casa, sino también en los menús que comemos fuera o nuestros hijos en los menús escolares”. Cabe destacar que los productos incluidos en el Plan aportan el 44,5% de la energía total de los productos con azúcares añadidos de la cesta de la compra de la familia española.
Este Plan busca abordar diferentes retos de salud pública, como el envejecimiento de la población y el consiguiente incremento de las patologías crónicas; siendo las más prevalentes: la diabetes, enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la obesidad. El abordaje de estos fenómenos epidemiológicos se llevará a cabo con base a la innovación, especialmente por parte de las empresas. Éstas tendrán que modificar sus procesos productivos e invertir en I+D+i con el fin de desarrollar productos más saludables.
Según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), organismo autónomo y adscrito al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el Plan se enmarca dentro de la Estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad). Esta estrategia de salud que, siguiendo la línea de las políticas marcadas por los organismos sanitarios internacionales (Organización Mundial de la Salud, Unión Europea…), tiene como meta invertir la tendencia de la prevalencia de la obesidad mediante el fomento de una alimentación saludable y de la práctica de la actividad física. Diferentes Comunidades Autónomas ya han aprobado regulaciones relacionadas con la composición de los productos alimenticios, es el caso de Andalucía con su Ley para la Promoción de una Vida Saludable y una Alimentación Equilibrada y la prohibición de venta de bollería industrial y bebidas azucaradas de los colegios de Infantil y Primaria.
La organización de consumidores europeos BEUC ha solicitado en diferentes ocasiones establecer unos umbrales máximos legales de sustancias como azúcar o grasas en los alimentos. Por su parte, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) lleva años asesorando a los países miembros sobre los riesgos alimentarios existentes y emergentes. Es esta tendencia europea en la que se enmarca la regulación presentada por el Ministerio de Sanidad, un proyecto que se ha basado en la búsqueda de una solución compartida, en la escucha activa de los diferentes grupos de interés y la necesidad de mantener informados a los consumidores.