Vigilar la tensión arterial cuando se tienen treinta años se traduce, entre otras cosas, en una mejor salud cerebral cuando se cumplan setenta. Así lo aseguran investigadores estadounidenses de la Universidad de California en Davis. En un estudio que difundió JAMA con 427 adultos de 50 años o más, la hipertensión y su aumento en la edad adulta temprana se asociaron con volúmenes cerebrales regionales medios más bajos y una integridad de la materia blanca más deficiente en la vejez. Estas asociaciones fueron más fuertes en los hombres, en comparación con las mujeres.
Estos hallazgos sugieren que la prevención y el tratamiento de la tensión arterial alta en la edad adulta temprana tiene implicaciones importantes para la salud cerebral en la vejez y puede ser especialmente importante para los hombres. En este trabajo también se demostró que los cambios cerebrales negativos en algunas regiones, como la disminución del volumen de la materia gris y el volumen de la corteza frontal, eran más fuertes en los hombres. Como recuerda la profesora Kristen M. George, coordinadora del estudio, “el tratamiento para la demencia es extremadamente limitado, por lo que identificar los factores de riesgo es clave para reducir la carga de la enfermedad”.
Las cifras tensionales varían según el sexo y la raza. Cerca del 50 % de los hombres tienen hipertensión, frente al 44 % de las mujeres. Además, la tasa de hipertensión es de, aproximadamente, un 56 % en adultos de raza negra; 48 % en blancos; 46 % en asiáticos y 39 % en hispanos.
José María Fernández-Rúa
PUBLICADO EN A TU SALUD (LA RAZÓN) EL DOMINGO 30 DE ABRIL 2023