Intervención de Jorge Fernández-Rúa en una de las mesas de debate.
El II Foro de Transparencia del Centro de Políticas Públicas y Gobierno es una de las actividades programadas para conmemorar el X Aniversario de la creación del Centro y como en todas las grandes ocasiones se ha buscado un socio de excepción: Transparencia Internacional, organización con la que hemos trabajado intensamente en el diseño de este programa. Estamos seguros de aportar un enfoque novedoso, de gran interés y que pueda contribuir a la instauración de mejores prácticas en el ejercicio de la actividad política.
En los ranking de países mejor gobernados y donde la ciudadanía goza de mayor bienestar y libertades siempre encontramos, en los puestos superiores, países con alta calidad institucional. Por desgracia, numerosos estudios nos indican que la calidad de las instituciones españolas está por debajo de nuestro potencial económico y que esta baja calidad es la más importante barrera para el crecimiento económico y la mejora de nuestro bienestar. Por ello, es esencial que tengamos en cuenta que, si reforzáramos la independencia judicial, la imparcialidad de nuestras administraciones, la calidad de nuestras regulaciones, la eficacia de nuestro sistema de rendición de cuentas económico y político estaríamos inyectando potencial en nuestra economía. Un potencial que, según algunos prestigiosos análisis, nos ayudaría a crecer entre un 10% y un 25% del PIB per cápita en un muy corto periodo de tiempo. De ahí que este seminario se centre en tratar la calidad de las instituciones públicas como clave de nuestro crecimiento económico y nuestra paz social.
Precisamente hablando de instituciones, la experiencia histórica y múltiples reflexiones filosóficas han destacado la transparencia como un valor esencial para la calidad de la democracia. En torno a esta idea y al derecho de expresión surgió el reconocimiento legal de la libertad de prensa y el derecho de acceso a la información pública hace más de doscientos años en Suecia; este derecho, más tarde, se expandió por todo el mundo democrático en múltiples leyes que tratan de garantizar jurídicamente su vigencia. El propio Madison escribió en 1822 que un gobierno del pueblo sin información para el pueblo no sería sino una farsa.
Al tiempo, la transparencia es un valor instrumental muy relevante. Por ejemplo, la transparencia es esencial para promover otro valor clave en democracia como es el de la rendición de cuentas por parte de los representantes públicos. La opacidad es una de las barreras más importantes para que la ciudadanía pueda controlar y demandar responsabilidades a sus gobernantes, de ahí que introducir luz sea tan necesario para el control del poder. Desde una perspectiva más operativa, existen múltiples datos que nos muestran que la transparencia reduce las posibilidades de corrupción y que correlaciona con desarrollo económico y renta per cápita. Más aún, la participación y el derecho al voto tienen en la transparencia un elemento mediador esencial para que puedan ejercerse sin manipulaciones ni engaños. En suma, que como dice Worthy, la transparencia podría crear un círculo virtuoso que incrementaría la legitimidad, la participación democrática y la confianza, moldeando institucionalmente una nación.
Hoy en día, gracias a las nuevas tecnologías de información y comunicación la transparencia ha podido conectarse a la participación, los datos abiertos y la rendición de cuentas en lo que se ha denominado “open government” y creado con ello unas posibilidades extraordinarias para mejorar la calidad del gobierno y de la democracia. Todas estas ideas pretenden tratarse en este seminario, cuyo valor añadido está en conectar estas reflexiones sobre los valores democráticos y su importancia intrínseca con el desarrollo económico y la estabilidad social. Y todo ello se podrá conseguir gracias a la presencia de algunos de los especialistas más prestigiosos mundialmente en estudios de calidad institucional y gobernanza.