La lucha contra la contaminación en las grandes ciudades por parte de los consistorios tiene al coche como uno de los principales focos de atención. Durante los últimos meses se han puesto en marcha medidas, sobre todo en Madrid y Barcelona, con las que se intenta limitar o prohibir el acceso al centro de las urbes de los coches más contaminantes, los más viejos y los diésel. Estas políticas medioambientales han generado un gran debate entre los múltiples actores involucrados, tanto en el ámbito social como económico.
Casi el 80% de los conductores privados es contrario a las limitaciones de circulación por número de matrícula, aunque dos de cada tres sí están a favor de prohibir circular según las emisiones del vehículo, tal como recoge el III Informe «Españoles ante la Nueva Movilidad», elaborado por el Centro de Demoscopia de Movilidad. El informe destaca que las medidas anticontaminación que se han puesto en marcha en grandes ciudades han condicionado al 61,7 % de los conductores a la hora de adquirir un coche y el 73,3 % sostiene que se ha planteado comprar un vehículo más respetuoso con el medio ambiente.
En este sentido, las políticas eco-friendly están generando cambios en los patrones de consumo y producción del sector de la automoción, con un giro favorable hacia los modelos de coche híbrido y eléctrico. Giro que tendrá una importante repercusión sobre la edad media del parque automovilístico español, con una elevada media de antigüedad en comparación con otros países de la Unión Europea, lo que supone un riesgo en materia de seguridad y de emisiones de dióxido de carbono (CO2).