Vivimos en la era del “Big Data”. Como consecuencia de la creciente informatización de nuestras actividades, de lo personal a lo empresarial, cada vez se generan y acumulan cantidades mayores de datos. Si estos datos se tratan de forma correcta, pueden tener un importante impacto social en ámbitos diversos, incluyendo el de la Salud Pública. Sin embargo, esto requiere el desarrollo de herramientas adecuadas para su gestión.
Este horizonte de mejora no ha pasado desapercibido para el Gobierno español, que ha dedicado uno de sus Proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica (PERTE), a la Salud de Vanguardia. Este PERTE se presenta como una oportunidad para la innovación diagnóstica, terapéutica y preventiva dentro del Sistema Nacional de Salud de España, lo cual es, de forma simultánea, una coyuntura para el crecimiento económico y la creación de empleo de calidad.
Dentro de la propia definición que el ejecutivo ofrece de la salud de vanguardia, encontramos referencias a la ciencia de datos y la inteligencia artificial. En efecto, el aumento de la digitalización de datos relacionados con la salud ofrece nuevas oportunidades para una mejor calidad asistencial que no debemos dejar escapar. A cinco años vista, el programa prevé reforzar la atención personalizada y adaptada a través de la aplicación de tecnologías digitales y, para ello, apuesta por el desarrollo de un Data Lake sanitario nacional.
En términos generales, un Data Lake es un repositorio centralizado pensado para el almacenamiento y gestión de datos. Si esto lo llevamos al ámbito de la salud, lo que se propone es la creación de un gran almacén de datos sanitarios en bruto, que podría impactar a tres niveles: desarrollo de una investigación clínica más robusta e integral, mejora de la calidad asistencial de los pacientes y creación de empleo cualificado a largo plazo.
Para asegurar el éxito del proyecto, el Gobierno propone fomentar la colaboración público-privada, una aproximación esencial para que la iniciativa se apoye sobre la experiencia de los principales actores del sector, en el que ya existen iniciativas vigentes que pueden ser de ayuda. Como ejemplo, se han publicado diversos informes relativos a esta temática, como es el caso del de “Digitalización del Sistema Nacional de Salud” elaborado por el Observatorio de Economía y Salud Boehringer Ingelheim.
Si bien esta es una ocasión que podría suponer un salto cualitativo significativo para nuestra Salud Pública, una transición digital armonizada en hospitales y centros de salud repartidos por todo el territorio nacional es, sin duda, todo un reto. A la coordinación de las diferentes autonomías, se suma el desafío de las garantías de privacidad, necesarias para que el propietario y dueño del dato sanitario siga siendo el ciudadano y sea él quien consienta, informadamente, que sus datos se utilicen de forma anonimizada y segura.
Liderar una iniciativa pública de tales características coloca a España en una posición interesante a nivel europeo, dónde esa idea ya resuena desde hace un tiempo. De ahí que puedan surgir sinergias entre los Estados Miembros para un mejor desarrollo de todo el proceso. Sin ir más lejos, hace unos meses se analizó el caso danés de digitalización del sistema nacional de salud, contando con la participación la directora general de la Autoridad de Datos de Salud de Dinamarca, Lisabeth Nilsen, en el XIV Foro De Sanidad “Aprendizajes Post Covid: El Momento De La Digitalización” organizado por el Centro De Estudios De Políticas Públicas y Gobierno de la Universidad de Alcalá.
De aquí a 2025, la Comisión Europea tiene como prioridad la creación de espacio europeo de datos, también en el sector sanitario. Desde la Comisión inciden, también, en las ventajas que puede reportar este modelo para la investigación e innovación en Europa y hacen hincapié en que el sistema sea transparente y sólido, para que los datos sanitarios de los ciudadanos estén protegidos.
Ahora solo queda aguardar. Si los próximos pasos se dan en base a los objetivos planteados, de forma eficaz y clara, este PERTE puede hacer que España actúe como palanca de un modelo que se implante de forma armonizada a nivel europeo. El SNS español lleva años siendo valorado como uno de los mejores de Europa en el ranking que Bloomberg publica anualmente, y la pregunta es, ¿protagonizaremos también el salto de los Sistemas Sanitarios al mundo digital?
Silvana Briones
Analista en Prácticas