Cataluña se queda sola en la aplicación del impuesto a las bebidas azucaradas, que deberían empezar a penalizarse desde este sábado 1 de abril, mientras que el Gobierno, que anunció un impuesto similar el pasado mes de diciembre, ha decidido dejar su medida en stand by. Tal y como informa El Mundo, el Govern aprobó la norma el pasado 22 de marzo, dentro de la Ley de Acompañamiento de sus Presupuestos, y estaba previsto que entrara en vigor este sábado con la oposición frontal de todo el sector. Sin embargo, han señalado que se estaba estudiando aplazar un mes la aplicación del tributo para dar tiempo a la industria a adaptarse, de manera que, si cede, finalmente podría empezar a aplicarse el próximo 1 de mayo.
El sector del gran consumo, a través de las diversas asociaciones de cadenas de supermercados, de empresas de distribución y los representantes de la hostelería, había reclamado al Gobierno catalán que aplazara esta medida, que consideran «ineficaz y discriminatoria». Dicen que no han tenido tiempo para asumir el cambio que supone, pues requiere, entre otras cosas, cambiar las etiquetas para modificar los precios y también recalcular sus cuentas para hacer la liquidación fiscal antes del primer trimestre de aplicación del tributo.
Entre los productos afectados están los refrescos y sodas, bebidas de néctar de frutas y zumos de frutas, las deportivas y las de té y café. A esta lista se añaden los productos lácteos, como los batidos, algunas leches o los zumos que incluyen azúcar También las leches endulzadas, las vegetales, los batidos y bebidas de leche con zumo de fruta y las aguas con sabores.