Identifican microbiota intestinal que interactúa con aquellas regiones del cerebro asociadas con el estado de ánimo.
Un nuevo estudio, el tercero en los últimos tres años, pone en valor la conexión que existe entre el cerebro y el intestino, y más concretamente en determinados agentes que habitan en la microbiota y las emociones. En este trabajo, publicado en “Journal of Behavioral Medicine”, investigadores estadounidenses de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) han identificado microbiota intestinal que interactúa con aquellas regiones del cerebro asociadas con el estado de ánimo y el comportamiento.
Ensayos previos con roedores demostraron los efectos de la microbiota intestinal sobre los comportamiento emocionales y sociales como la ansiedad y la depresión. Sin embargo, hasta ahora había escasa evidencia de esta relación en humanos, por lo que los científicos se marcaron el objetivo de determinar, en este trabajo, las características cerebrales y conductuales de mujeres sanas agrupadas por perfiles de microbiota intestinal.
En el protocolo de este estudio figuraba el análisis de muestras fecales de cuarenta voluntarias y el de imágenes de sus cerebros obtenidas con resonancia magnética cuando visualizaban a individuos o cosas que les provocaban respuestas emocionales. Además las dividieron en dos grupos, las que tenían la bacteria “bacteroides” (treinta y tres) y las que tenían la bacteria “prevotella” (siete). Estas últimas mostraron más conexiones entre las regiones emocionales y sensoriales del cerebro. El grupo mayoritario mostró mayor espesor de la materia gris en la corteza frontal y la ínsula.
Estos resultados apoyan la existencia de interacciones cerebro-intestino-microbiota. Un dato a tener en cuenta: este estudio ha sido financiado por la multinacional Danone, lo que no quiere decir necesariamente que los resultados sean beneficiosos para su negocio de probióticos.
PUBLICADO EN A TU SALUD (LA RAZÓN )EL DOMINGO 5 DE NOV 2017
José María Fernández-Rúa