Un total de 9.938 grupos de presión y organizaciones interesadas en influir en la legislación de la UE se han inscrito hasta ahora en el registro de transparencia que Bruselas creó en 2008 y que tenía carácter voluntario. La Comisión Europea ha propuesto esta semana ir un paso más allá: convertir el registro en obligatorio para todos los lobistas que quieran reunirse con representantes no sólo del Ejecutivo comunitario sino también de la Eurocámara y del Consejo de ministros de la UE.
Según informa El Español, si el plan sale adelante, los lobistas deberán registrarse de forma obligatoria si quieren reunirse con cualquier eurodiputado, con el secretario general del Parlamento Europeo, sus directores generales o los secretarios generales de los grupos políticos. En el caso del Consejo, la obligación de registro afecta al secretario general, a los directores generales y al embajador de la presidencia rotatoria de la UE, pero no a los embajadores del resto de países miembros.
Además, Bruselas quiere aumentar los controles para verificar que la información que dan los grupos de presión sobre su actividad, y en particular sobre el dinero que invierten en actividades de lobby, es cierta. A los lobistas que incumplan las reglas se les prohibirá reunirse con responsables políticos o incluso se les expulsará del registro.