“En esencia es una cirugía mínimamente invasiva, que actúa en el interior de los vasos sanguíneos del paciente”
Neurólogos y neurocirujanos estadounidenses de la Universidad de Loyola, en Chicago, entre ellos los doctores Serreno, Reynols y Gómez, reconocen en un documento que en las últimas décadas se ha registrado un avance en las técnicas para restaurar el flujo sanguíneo a áreas del cerebro en peligro de accidente cerebrovascular o arterias. Estas técnicas, reunidas bajo el paraguas de la terapia endovascular, se aplican con éxito en Europa, Japón y Estados Unidos, salvando miles de vidas. Se trata, en esencia, de una forma de cirugía mínimamente invasiva que actúa en el interior de los vasos sanguíneos del paciente. Los especialistas (cardiólogos intervencionistas, cirujanos vasculares, radiólogos y neurocirujanos) acceden a través de un vaso situado en la zona de la ingle, la arteria femoral, donde se introducen diminutos dispositivos (catéteres). Muchos de ellos llevan en su interior unos ingenios que se implementarán desde el interior de los vasos. Estas técnicas no requieren cirugía abierta, ya que a través de los catéteres el especialista despliega “stents” u otros dispositivos para restaurar el flujo de sangre. En este documento de la Universidad de Loyola se explica que las técnicas y los procedimientos utilizados para mejorar el flujo sanguíneo al cerebro son similares a los utilizados en los procedimientos cardíacos. Incluyen cirugía de derivación, angioplastia con balón y colocación de “stent”. Uno de los últimos dispositivos se llama “stent retriever” (también conocido como “stentriever”). Camilo R. Gómez describió a finales del año pasado estos avances en “MedLink Neurology”. En su opinión, otros procedimientos quirúrgicos y endovasculares descritos en el documento pueden prevenir accidentes cerebrovasculares al restaurar el flujo sanguíneo a los vasos bloqueados.
PUBLICADO EN A TU SALUD (LA RAZÓN) EL DOMINGO 11 MARZO 2018
José María Fernández-Rúa