Un equipo multidisciplinar de 27 investigadores de la Universidad de Friburgo, entre ellos la española Marta Rodríguez-Franco, han encontrado respuestas a diversas cuestiones sobre los medicamentos oncológicos inhibidores de la tirosina kinasa (TKI). Concretamente han descubierto que una forma desordenada de muerte celular está relacionada con los posibles efectos adversos de estos fármacos, así como porqué son eficaces en algunas personas y en otras no.
En su estudio experimental que aparece en Science, incluyeron pormenorizados análisis de tres TKI demostrando que algunos de estos medicamentos indujeron daño celular y muerte lítica en células inmunitarias. En este sentido, recuerdan que los fármacos que se sintetizan de las moléculas Imatinib y Crizotinib (ya aprobados) se han convertido en los pilares del tratamiento del cáncer, aumentando las tasas de supervivencia en pacientes, entre ellos, los diagnosticados de leucemia mielógena crónica. También estudiaron en laboratorio la molécula Masitinib (en ensayos clínicos).
La conclusión es común a estas tres drogas: ocasionaron daños, inflamando los lisosomas en las células mieloides. Con más detalle, Emilia Neuwirt, de ese campus y coordinadora de este trabajo, observó que los TKI pueden activar los inflamasomas; esto es, complejos de proteínas en las células que promueven respuestas inflamatorias y están vinculados a la toxicidad inducida por el tratamiento.
Esta investigadora pide precaución ante estos resultados, razonando que son necesarios más estudios “para determinar si los TKI desencadenan la muerte celular lítica en entornos terapéuticos y, de ser así, si esto influye en los resultados del paciente”.
José María Fernández-Rúa
PUBLICADO EN A TU SALUD (LA RAZÓN) EL DOMINGO 5 DE MARZO 2023