El ácido fólico es una vitamina B que las mujeres, en edad reproductiva, deben tomar a diario para ayudar a producir células nuevas, por ejemplo, en el cabello, la piel y las uñas. En Estados Unidos, los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de Atlanta recomiendan 400 microgramos cada día. Y para las embarazadas también lo aconsejan ya que su ingesta ayuda a reducir de forma significa una serie de defectos congénitos, como la espina bífida. Pero tomar de forma excesiva ácido fólico puede producir efectos secundarios.
Ahora, un equipo de científicos del Baylor College of Medicine, en Texas, dirigidos por el doctor Richard Finnell, investigaron en un modelo animal el efecto potencial de un suplemento de ácido fólico. En su trabajo, que difunde Cell Discovery, detallan cómo afecta, entre otras cosas, a las tasas de mutación del ácido desoxirribonucleico (ADN) y otras modificaciones génicas.
Como se dice en este trabajo experimental, los datos indican que la suplementación con ácido fólico debe restringirse a un rango ideal de beneficios. “Tanto la ingesta insuficiente de folato -añaden estos investigadores- como la excesiva de ácidos grasos, son factores de riesgo para la inestabilidad del genoma y el epigenoma”. Finnell y sus colaboradores reconocen, en futuros estudios, tanto el deterioro del genoma como el epigenoma inducido por dietas altas o bajas en ácido fólico, “debe confirmarse aún más en la población humana”. Como subraya este científico, muy poco o demasiado de algo bueno, puede no ser tan bueno.
José María Fernández-Rúa
PUBLICADO EN A TU SALUD (LA RAZÓN) EL DOMINGO 16 DE ABRIL 2023